PERDÍ A MI MARIDO POR PARTICIPAR EN TRÍOS Y ORGÍAS

Relato sobre salida del armario de un señor de buena posición y posterior divorcio tras participar con su mujer en varios tríos HMH, orgías y fiestas de sexo.

Cuatro a Tres

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Autor: Kirsten

1 de marzo de 2017

Hace unos seis meses que empezamos a participar en tríos sexuales con chicas y finalmente con chicos, sólo para destapar la faceta gay (o bisexual) de mi marido y echar a perder nuestra relación de 20 años, al que descubrí después que estaba citándose para tener sexo con chicos y señores de distintas edades.

Hace un año empezamos a tontear con el tema de contactar con gente liberal para ir a fiestas de intercambio de parejas y pequeñas orgías en clubs, y en principio no salió mal la cosa. Asistimos a varios locales swinger y fiestas participares en una casa rural y conocimos a gente muy agradable, educada y de alto nivel de vida con los que compartimos algo más que conversación y copas.

No se trataba de fiestas de lujuria y desenfreno sexual donde un montón de pervertidos sexuales terminan por el suelo teniendo sexo de siete en siete, como se aprecia en películas porno y fotos en Internet, sino encuentros con personas serias en un entorno de cierta elegancia y distinción donde hablar, intercambiar impresiones y anécdotas, y pasar a las habitaciones según y con quién más conviniera a cada cual, en parejas, en tríos o en pequeños grupos que se iban formando en cada caso.

El organizador de las reuniones era el propietario de un club liberal muy conocido, que no voy a nombrar por discreción, muy amable y atento con sus clientes y amigos, a los que – todo hay que decirlo – agasajaba por igual y con la más absoluta corrección.

Tras disfrutar de estas veladas y amaneceres, nos fuimos aburriendo de compromisos y tantos protocolos y decidimos organizar las cosas a nuestra manera, buscando personas y parejas que estuviesen dispuestas a participar en tríos con nosotros en hoteles con motivo y aprovechando fines de semana y puentes festivos fuera de casa.

Es un muy buen sistema que recomiendo a todos los que quieran iniciarse en este tipo de iniciativas íntimas, o que quieran disfrutar de ellas al máximo y sin problemas. Citada la persona o pareja en un hotel donde ya estamos alojados, alquilan su propia habitación y hacen su vida, hasta que llega la noche o momento deseado, en que procedemos a juntarnos todos en la misma suite para disfrutar del momento sin que nadie tenga noticia de ello.

De esta forma mantuvimos relaciones bastante satisfactorias con varias parejas y algunas chicas y chicos independientes, con los que hicimos tríos y pequeñas orgías de cuatro personas, muy a gusto y sin ningún problema ni trauma por ninguna de las partes, incluyendo visionado de películas pornográficas, utilización de juguetes sexuales, lencería íntima y juegos de mesa de contenido erótico de que habitualmente puedes encontrarte en cualquier sex shop para ambientar el momento.

Los tríos en que participaban chicos o los cuartetos con otra pareja no parecían ser problema para mi marido, que no mantenía relaciones más que con las mujeres, dejándome a mí disfrutar de los respectivos cónyuges, salvo por alguna caricia o apoyo de mano aquí o allá para ayudar en el coito que yo estaba disfrutando.

Nunca hubo relación homosexual entre él y los otros chicos, ni amago de haberla, según me pareció entonces.

Ciertamente habíamos hablado sobre el tema de la infidelidad y las relaciones extramatrimoniales, dejando claro que estas relaciones con terceros eran nuestra válvula de escape para evitar situaciones de monotonía y no caer precisamente en aventuras extramatrimoniales. Lo cual pareció funcionar perfectamente.

Hasta que me percato de extrañas salidas y llegadas a horas muy fuera de su horario habitual, justificadas con explicaciones sobre trabajo extra en el despacho por motivo de proyectos especiales, revisiones de última hora, visita de clientes importantes, etc.

Después, llamadas telefónicas a las que responde saliendo a la terraza, sesiones de Internet en el ordenador de sobremesa que terminan con el borrado del historial y cacheado – como pude comprobar después – y mucho intercambio de mensajes vía whatsapp.

Imaginándomelo o sobre una sospecha ya cierta, aproveché un momento en que estaba en la ducha para echar un vistazo al móvil y ver sus mensajes de whatsapp y mensajes, y descubro un sinfín de perfiles de chicos gais y hasta señores mayores en actitud más que amistosa.

Por no comentar el contenido de los mensajes en sí, marcadamente sexual y de cierto mal gusto en algunos casos.

Le planteé el tema directamente. Le pregunté por esos mensajes, si le gustaban los chicos. A lo que respondió con evasivas y excusas, aduciendo que se trataba de posibles contactos para tríos. Aunque ello era palmariamente falso, porque todas personas eran gais, que evidentemente no estaban ni iban a estar interesados en mí.

Así se lo expresé y así obtuve finalmente la confesión. Me dijo que le gustaban los chicos igual o más que las chicas. Que siempre había tenido un cierto tema oculto en la cabeza, pero que no lo había visto claro hasta que habíamos participado en tríos HMH y a cuatro con otras parejas. Le pedí detalles, y me comentó que en una de las fiestas en la casa rural había coincidido con un chico a la entrada de un cuarto de baño, habían entrado juntos y se había dejado hacer una felación, tras lo cual no había parado de tener pequeños encuentros a mis espaldas con todos los chicos y señores bisexuales y gais que había en aquellas fiestas.

Luego había quedado con muchos de ellos en privado en hoteles e incluso en sus domicilios sin contar conmigo, incluyendo contratación de gigolós por Internet para sexo oral en su coche en cuanto tenía un momento y le venía bien al señor.

Todo esto supuso un golpe irreparable a la confianza mutua y la imagen que tenía de él, que terminó finalmente en nuestra separación y tramitación de divorcio.

Estuvimos jugando con fuego y nos quemamos.

Ahora, divorciada y libre, me planteo las cosas de forma muy distinta.

Espero que este relato le sirva a alguien para recapacitar sobre el tema.

Un saludo y gracias por vuestra atención.

* * *

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