RELACIONES SEXUALES Y TRÍOS PERVERSOS Y EGOISTAS

Autor: Alday

14 de marzo de 2017

Cuando estás salido, no encuentras la forma de realizar tus fantasías y tienes los medios económicos para permitírtelo, organizas cosas que a muchos podrían parecerles excesivas, de mal gusto o incluso abusivas – por decir lo menos – pero que están presentes en el imaginario sexual de un gran porcentaje de tíos. Como las relaciones sexuales y tríos perversos y claramente egoístas que me he montado con dinero.

Vuelvo a decir, como ya he expuesto bien clarito en otro post dentro de este blog o foro tan cachondo que se han montado los tíos que gestionan este sitio web, que yo no estoy a favor ni promuevo ni aliento ni me gusta la prostitución. Simplemente la acepto como una realidad dentro de la oferta y demanda de un mercado al que hay que recurrir cuando no hay otra cosa.

Y muchas veces no la hay, la verdad. Sobre todo cuando quieres montarte fiestas de sexo y orgías para disfrutar de varias tías a la vez, y que ellas disfruten de ti claro está. Porque uno ya ha probado de todo y llega un momento en que el sexo normal de pareja o con una chica, por muy buena y golosa que esté, ya no te satisface.

Supongo que le pasa a todos los hombres, sin que tengan por qué ser tachados o considerados como pervertidos sexuales, fornicadores natos o viciosos.

Acabo de volver del supermercado y por fin estoy disfrutando de la cerveza Voll-Damm doble malta de las que anuncia Luis Tosar. Ya tenía ganas de catarla. Tengo que reconocer que está de puta madre y os la recomiendo. Y aprovechando el asueto que me estoy pegando por la cara, y metido un poco en alcohol, os voy a contar el trío sádico y perverso que me monté con una chica de 18 años y otra de 55 en la habitación de un hotel de Barcelona con motivo de una visita de negocios que hice el año pasado.

Sin enrollarme demasiado en detalles, os diré que llegada la tarde-noche y no apeteciéndome salir por Barcelona – que conozco perfectamente – decidí coger el móvil y buscar en Internet una chica de pago porque tampoco me apetecía salir a invertir varias horas en intentar ligarme a una chica por los bares.

Así que empiezo a ojear las ofertas de putas y putos en varias páginas especializadas y sitios de anuncios, y me llama la atención una chica joven que dice tener 18 años y que estaba realmente buena y apetecible; guapa y con muy buen cuerpo, incluyendo un par de tetas más que interesantes. La llamé y le di la dirección del hotel y el número de la habitación, con la respuesta de que vendría en menos de una hora.

Esperando el polvazo y con la polla ya haciéndoseme a la idea, me da por mirar otra vez en Internet y veo otras opciones que tal vez me hubiesen gustado más. Y luego las que claramente no me interesan, como son señoras mayores, incluyendo maduras y hasta abuelas, que se anuncian precisamente de esa forma, y que son precisamente de mi agrado, por decirlo de algún modo. Supongo que se trata de servicios para cierto tipo de clientes que buscan el morbo y la obscenidad de follarse a una señora mayor, porque por tener sexo normal no creo que sea.

Y es entonces cuando se me ocurre la idea; montar un trío entre la chica de 18 años, una tía mayor y yo como director de orquesta, y empiezo a fantasear con la guarrería y lo muy jodido de la situación. Porque ya había visto ese tipo de cosas – tríos sexuales entre gente muy heterogénea y completamente incompatible – en películas pornográficas y en vídeos de Internet, pero nunca en vivo, y mucho menos conmigo como partícipe.

Me apetece el tema y, buscando concretamente "maduras tríos" en Internet, acabo llamando a una de esas señoras. Concretamente de unos 55 años bastante mal parecida según se mostraba en la foto del anuncio. Le doy los datos y le digo la quiero en la habitación en menos de media hora o que no se moleste en aparecer.

Al poco, en menos de cuarto de hora, aparece una señora en la puerta de la habitación. Al principio creía que se trataba de una empleada de limpieza del hotel o algo por el estilo. Metro sesenta de estatura, delgada, poca cosa, no muy guapa precisamente y con cara de vieja castigada por la vida. Me pareció una de esas chachas o señoras de la limpieza que hacen portales que se han tenido que dedicar al oficio por culpa de la crisis.

Le digo que quiero un trío con ella y otra profesional que va a venir en una media hora, y que lo quiero a mi gusto y según mis órdenes, a lo que me responde que ella no hace cosas raras, sino sexo normal. Le insisto y cuando veo que se va a marchar le ofrezco 300 euros (pedía 50), lo cual le hace recular, darse la vuelta y soltar un "bueno" en otro tono.

Luego le digo que puede meterse en el baño o prepararse como quiera, y ponerse el albornoz que hay en al lado de la ducha después de quitarse su ropa.

Al poco llega la chavala de 18 con una presencia que te mueres de gusto al verla. Eso sí que era una tía golosa y apetecible. Casi tan alta como yo, bien hecha de todo y muy guapa de cara. Incluso me pareció más atractiva que en el anuncio del periódico y así se lo expresé. Me bromeó con que se tenía que hacer otra foto. Luego me pregunta que qué quiero y llamo a la "señora" del cuarto de baño. Cuando sale la vieja le digo a la chavala que quiero un trío con las dos según me dé la gana.

La chica mira a la vieja con el gesto retorcido y me dice que pasa de malos rollos; que ella está pagándose los estudios y no se dedica a temas extraños. Se da la vuelta y ya se está marchando cuando le ofrezco los mismos 300 euros que a la otra. Pero me responde que no le interesa. "Ni de coña, tú estás loco".

Ya me lo esperaba, y pongo 1000 euros encima de la mesa de noche. La tía se queda mirándolos y parece dudar, luego mira a la vieja y vuelve a poner el mismo gesto y a decir lo mismo; que pasa y que me den por culo.

Así que le ofrezco 1500 euros por el tema y "no se hable más".

Está claro que hay muchas chicas que hubiesen accedido por muchísimo menos, pero tendríais que haber visto a aquella chavala. La típica estudiante universitaria atractiva y guapa a rabiar. La clase de tía con la que te quieres enrollar e incluso casarte.

Me dice que puede ser pero que depende de lo que haya que hacer, y yo le respondo que todo lo que yo mande, y luego le recuerdo que el precio que anunciaba era de 80 euros por polvo, y que le estoy ofreciendo casi 20 veces más. Negocio seguro. Así que me tiene que aceptar el tema y dice que sí porque ve que, por muchas guarradas que le hagan hacer, siempre será mejor un trío en ese plan que hacérselo con 20 tíos.

Le digo que se desnude, y os puedo asegurar que mi empalme y ganas de follármela iban en aumento a medida que se iba quitando ropa y dejando ver el cuerpazo que traía la niñata.

Luego me desnudo yo y le digo a la señora que se quite el albornoz. Un espectáculo lamentable; tetas caídas, culo carpeta, manchas por todas partes, manos que parecían garras, seguramente por las toneladas que ha debido de tirar de fregona o haciendo camas en hoteles. Un asco que también acusó la chica joven, que me miró con una cara que fue un poema, como llamándome pervertido o algo peor.

Os voy a confesar que hubo un momento en que estuve a punto de cambiar de opinión; despachar a la vieja y quedarme con la chavala joven para follármela a conciencia. Pero me pudo la perversión y las caras de reproche que me puso, que me motivaron para guarrearla a fondo. Darle una lección a la niñata de los cojones.

No he comentado que se trataba de una habitación doble con un anexo a modo de saloncito. Las llevé a las dos a esta pieza separada y tras recostarme a capricho en el chest long, les comento que ya pueden empezar a comerme la polla con ganas y entre las dos a la vez. Y que se rocen las bocas entre ellas, que se toquen con las lenguas y que hasta se besen de vez en cuando, porque no es una mamada sin más, sino que tienen que hacérselo entre ellas al tiempo que dándome a mí lo que me corresponde, que para eso estoy pagando.

Empiezan a mamarla con más o menos ganas, ante lo cual les tengo que increpar y meterles caña hasta que cogen el ritmo que conviene. Eso sí, haciéndose las remolonas a la hora de besarse y coincidir con los labios sobre el pene, y se lo tengo que reclamar, que buen dinero me está costando.

Después, parando a tiempo para no correrme, les digo que se levanten y se pongan en la cama. La vieja le tiene que hacer una comida de coño a tope a la joven ya. Y se ponen a ello, ordenándole a la chica que se sobe las tetas mientras yo acabo metiéndole la polla en la boca otra vez.

Así un buen rato, un trío de sexo a conciencia y con ganas por mi parte.

Luego me pongo en plan serio y duro. Ya es hora de que la niñata pijita se gane los 1500 eurazos que se metió antes en el bolso. Así que le digo que se zampe el potorro de la vieja como si fuera una lesbiana de 40 años. Me mira con un reojo que no sabría describiros con palabras – no soy escritor – y se pone a lamerle la almeja a la de 55, pero con los ojos cerrados, sólo con la punta de la lengua y muy tímidamente, ante lo cual no me corto en reclamar más fuste y ganas.

"Haber tú", "con los ojos cerrados y sólo con la puntita no" "Hazle una comida de coño en condiciones" – Le dije así.

Y la tía se pone y lo va haciendo cada vez mejor hasta que, ante mi asombro, la vieja da un jadeo y coge la cabeza de la chica con las dos manos al tiempo que le va acariciando toda y atusándole el pelo. No me esperaba yo aquello; parecía que a la señora le gustaba la chavala o lo que le estaba haciendo – o las dos cosas – y eso me puso la líbido por las nubes.

Siempre me ha gustado ver chicas teniendo sexo. Sobre todo para unirme yo luego cuando están en lo mejor y rematarlas a las dos. Me gustan las lesbianas y las bisexuales salidas, y esa señora se puso de mi lado de una forma tan inesperada que hasta empezó a gustarme.

Me puse a su lado y le pregunté: "¿Qué? ¿Te gusta la chavala? A lo que me respondió con un suspiro seguido de una respuesta que me multiplicó la polla por diez:

"¡Es que tiene una lengua!"

De repente la vi de otra manera, como a una tía con la que puedes disfrutar, así que esperé un poco más y luego le dije que se pusiera arrodillada en el borde de la cama, hice a la joven colocarse boca arriba frente a la primera, a la que recliné para que volviese a comerle el coño a la chica joven mientras yo la penetraba todo lo fuerte que podía y a un ritmo endiablado.

Paré justo para no correrme y las hice incorporar y echarse juntas en la cama para que se masturbaran mutuamente, luego la vieja sobándole las tetas y lamiéndole los pezones a la chavala, después ésta dándole lo mismo a la señora, más sexo oral entre las dos, besuqueo según mis órdenes, penetración en postura del perrito a la chica joven mientras la señora le come el clítoris desde abajo, cambio de postura para penetrarla echada de espaldas mientras le come el coño a la señora que está arrodillada y abierta de piernas sobre su cara, nueva felación conjunta incluyendo besuqueo y magreo mutuo según les voy ordenando, otra penetración a la señora mayor mientras me beso a conciencia con la chica y le sobo las tetas.

No voy a seguir dando detalles, y dejo el final para vuestra imaginación.

La pena es no haber tenido un consolador de esos que venden con arnés para practicar la doble penetración o hacer que se penetraran entre ellas.

Por supuesto, desarrollos como el que he descrito no son tríos sexuales en el sentido estricto, sino un boygang de pago para el gusto y capricho del consumidor: yo mismo en este caso.

Soy un salido-cerdo, ya lo sé, pero es lo que pasa cuando tienes un cierto atractivo físico y dinero para gastar; acabas haciendo lo que te da la gana, y si encima te va el rollo, entonces vas derivando hacia temas cada vez más jodidos y sucios.

Os lo puedo asegurar porque he conocido tocayos en el entorno liberal que son igual de golfos o más que yo, montando fiestas, tríos para sexo y orgías en sus propias casas donde han llegado a incluir a negros subsaharianos sólo para ver cómo se follaban a tal o cual señorita con un pollón de medio metro.

Llega un momento en que el desfase es total.

Gracias colegas.

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