TRÍOS SEXUALES ENTRE TRES CHICAS: SÓLO POR CASUALIDAD

Autor: Julita

20 de marzo de 2017

He leído algo en este blog sobre tríos lésbicos y encuentros íntimos y sexuales entre chicas, y me gustaría añadir algo de mi parte sobre la improbabilidad que percibo a la hora de encontrar tales reuniones en la práctica, como no sea de forma fortuita y casual, como fue mi caso.

Entras en Internet y encuentras miles de páginas pornográficas con títulos como "tríos lésbicos", "lesbianas haciendo un trío", "tríos de lesbianas", etc. También sitios de anuncios prestando secciones a la publicación de tales opciones, y portales de citas – como éste mismo – donde se presentan tales posibilidades como comunes y corrientes. Pero lo cierto es que yo no conozco a ninguna chica que me haya contado que ha participado en uno de estos "ménage à trois" que tanto se publicitan hoy en día.

Tríos sexuales entre parejas y una chica o entre dos chicas y un tío, todos los que queráis. Están en auge y cada vez se ven más, incluso en el cine y los medios. Pero lo otro, con tres mujeres a la vez, no es precisamente muy famoso ni se suele ver.

Yo misma sólo lo he visto una vez en la vida y por casualidad, conmigo misma como una de las protagonistas.

Las mujeres somos muy recatadas en nuestros temas. Y si os tengo que decir la verdad, creo (estoy convencida) de que los tríos sexuales se organizan siempre por iniciativa de un hombre o de una pareja perteneciente al ambiente liberal y de intercambio de parejas, pero raramente por una mujer. Y mucho menos lesbiana o lesbianas.

Por supuesto que hay fiestas y orgías donde todo el mundo acaba montándoselo con todo el mundo. Donde se forman triadas de chicos gays o lesbianas. Pero, para poner las cosas en su sitio, hay que decir que los tríos son algo de una pareja cogiéndose a una segunda chica, y algunas veces (las menos) un segundo hombre. Y lo demás son cosas inventadas o artificiosas para vender acceso a películas pornográficas y dar espacio en sitios de citas y ligue como éste.

Y si no, se lo preguntáis a cualquiera chica lesbiana que conozcáis. Yo no lo soy, pero sí bisexual y he conocido a docenas de tías en el mismo plan. No conozco esto de los tríos lésbicos más que por las revistas y películas porno. Y no soy precisamente una chica joven e inexperta, que tengo 53 años.

No digo que no existan en algún lugar recóndito y alejado, o en un piso escondido de alguna ciudad. Vete tú a saber. Y mucho más ahora, con todo esto del poliamor tan de moda. Que igual también se lleva entre mujeres y te encuentras a tres tías viviendo juntas.

Pero yo no lo conozco.

En cuanto a lo que yo he vivido y lo más cerca que he estado de participar en un trío con otras dos chicas, fue lo que me pasó hace unos tres años en un gimnasio de barrio en mi ciudad.

Para contarlo rápidamente, y para describir lo que pienso de este tipo de situaciones, os diré que acudía asiduamente a un gimnasio con unos 400 miembros, incluyendo mucho público femenino por el tema del spinning y diversos entrenamientos grupales de fitness.

Conocí a varias chicas y me llegué a enrollar con dos de ellas; una, Patricia, empleada del centro.

En cierta ocasión, sábado por la mañana, da la una del medio día y Patricia me dice que si quiero puedo quedarme un poco más porque va a cerrar más tarde por tareas de limpieza y orden de fin de mes. Así que me lo tomé con calma.

Después, veo entrar a una segunda chica, socia del gimnasio desde hacía pocas semanas, que llega casi a la hora de cerrar y empieza a hablar con la primera para meterse juntas en la zona de vestuarios. En ese momento no pensé nada y lo dejé pasar sin más, hasta que llegó la hora de terminar mi tabla y me dispongo a ducharme y cambiarme. No las vi por ninguna parte, así que supuse que estaban en la sauna o el jacuzzi.

Como dije antes, tuve un cierto tema con Patricia, y todas sabemos que las chicas somos celosas. Aunque ya no hubiese nada desde hacía meses, sentí un cierto malestar o disgusto al imaginármelas juntas y a escondidas.

Porque el tema de hacerse una sauna con una chica que no viene más que a eso a última hora del sábado, con el gimnasio vacío y fuera de horario, ya lo conozco y sé lo que significa. O por lo menos lo que significó en mi caso unos meses antes.

Me lo imaginé, y el mal rollo que me dio, la envidia, celos pasados o como me lo queráis echar en cara, me hicieron entrar en la zona de spa, aunque sólo fuese para cortarles el tema bien cortado.

El caso es que avanzo por el pasillo y no oigo absolutamente nada. El jacuzzi vacío y lo demás todo oliendo a lejía de recién fregado y limpio. Luego me aproximo a la sauna, abro la puerta y las cojo en lo mejor; la chica nueva sentada en el nivel superior del banco con las piernas abiertas y la otra entre ellas, besándola mientras le hace un dedo. Se echó para atrás de golpe y me mira con sorpresa. Luego se ríen y me presenta a su nueva amiga. Más risas y me suelta el típico "nos has pillado". Les digo que si quieren me voy sin más, y me responden que no hace falta, que ya se iban a ir de todos modos, y se levantan haciendo amago de marcharse, pero yo insisto en que de eso nada, que no voy a echarlas, y que en caso de tal me tendría que marchar yo, que he entrado sin avisar y estoy molestando.

El caso es que vuelven a sentarse y me invitan a quedarme. Empezamos a hablar y luego vuelven a empezar a besarse, no como antes, pero sí piquitos y caricias, conmigo allí, como si nada. Se notaba que había confianza, así que les digo que si quieren, pueden seguir, que a mí no me importa ni me corta para nada (mentira). Se ríen y mi antigua novia me pone la mano en el hombro y me suelta un "tú tranquila", como el preludio de lo que ya tenía en mente.

Después más presentaciones, más risas y finalmente la "jefa" le dice a su nuevo ligue que yo era antes "una chica muy especial para ella", y para mi sorpresa se me acerca y me da un beso de lengua. No me quejé ni me quité por darle celos y molestar a la otra, a la que pareció no gustarle el tema, así que me dejé hacer todo lo que quiso Patricia.

Primero besos, turnándose de una a otra, y luego nos empezó a masturbar a las dos a la vez mientras nos besaba según le iba conviniendo a la tía viciosa. Después nos va comiendo el coño a cada una muy a gusto, y en un momento dado se incorpora, nos coge y nos junta las cabezas para que nos demos un beso. A mí me pareció bien y a la otra chica también porque estábamos muy cachondas las dos, así que empezamos a besarnos y a sobarnos las tetas mientras Patricia seguía a lo suyo allí abajo. Después nos fuimos turnando en su puesto, haciendo exactamente lo mismo y por orden, hasta que nos centramos unas y otras en corrernos a gusto, con unos orgasmos que alucinas, todas sudorosas y calientes en la sauna.

Nos hicimos un bollo de cine las tres aquel día. Nunca se me olvidará.

Luego nos duchamos juntas de vicio y nos vestimos para salir a comer. Después las promesas de siempre, con supuestas quedadas para más adelante y todo el rollo que luego nunca se cumple. Incluso hablamos de quedar un día en un piso para repetir el trío más a gusto con la colección de juguetes del sex shop que tenía Patricia.

Pero nada se concretó luego en la práctica porque las cosas no funcionan así entre chicas. O al menos entre las que yo conozco y lo que me han contado. Así que de tríos futuros entre las tres amigas del gimnasio nada.

Aunque no fuese tan ocasional como les pareciera a ellas dos, porque yo me imaginaba dónde me estaba metiendo, tengo que decir que el trío en la sauna fue una auténtica gozada que no me importaría repetir.

Pero lo demás, los tríos de lesbianas locas por hacérselo entre tres en cuanto pueden, creo que es poco creíble en la realidad.

Salvo que venga alguna y me contradiga. Qué ojalá, no creáis, porque estaría deseando estar equivocada y encontrarme otra vez en otra sauna o donde me cojan.

Un saludo y que tengáis suerte.

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