Autor: EQUILATO
30 de octubre de 2020
El cierre de locales liberales y clubs de sexo e intercambio de parejas por la emergencia sanitaria del coronavirus COVID-19 ha dejado sin lugar de esparcimiento y recreo a muchos chicos, chicas y parejas de mente abierta, obligándoles a buscar refugio en casas particulares, chalets y otras residencias privadas donde organizar sus fiestas y encuentros para seguir disfrutando de tríos sexuales, orgías y juegos de esos para muy mayores.
Si eres (o sois) de los que andas buscando una solución para disfrutar del sexo liberal en compañía de gente afín a tu mentalidad (o con ganas de serlo) sin tener que acudir a locales o clubs liberales, debes saber que este sitio web cuenta con una nutrida base de datos de usuarios y usuarias deseado contactar y ser contactados para lo mismo.
Variedad de personas, parejas e intenciones.
Lo cierto es que siempre ha existido un porcentaje de clientes de locales liberales y clubs swinger que preferirían contar con otro tipo de escenario para dar rienda suelta a sus fantasías y anhelos sexuales grupales; dícese tríos, orgías y otras alternativas a las propias de la relación de pareja o sexo común y corriente.
Situación que torna en necesidad desde que la emergencia sanitaria provocada por la expansión del coronavirus SARS-CoV-2 (COVID-19) ha impuesto el cierre preventivo de este tipo de locales, planteado inicialmente como provisional, que obligó en muchos casos a una adaptación hacia modelos de negocio mixtos en un intento de salvar las economías de sus propietarios (restaurantes, lugares de copas, etc.), y que ha supuesto más recientemente el cierre a más largo plazo y con poca esperanza de reapertura para algunos de ellos.
En muchos casos, el desgaste originado por los confinamientos y unos cierres que dejan sin recursos a sus propietarios, unido a la falta de ingresos derivado de la pérdida de parte de la clientela por el progresivo empobrecimiento de la población ha llevado a muchos de estos locales y clubs al borde de la ruina y, en muchas ocasiones, al cierre definitivo.
Situación que no va a mejorar a medio plazo aunque aparezca la anunciada vacuna y termine la pandemia porque a la crisis sanitaria va a seguir otra de índole económica ocasionada por la primera y de consecuencias difíciles de calcular en cuanto a su gravedad y duración.
Por ello, y ahora más que nunca, proliferan iniciativas para montar la fiesta en la privacidad y discreción de una residencia particular – propia o alquilada – lejos de miradas y controles de terceros, y según las apetencias y gustos concretos de sus organizadores y participantes (que suelen ser los mismos).
Si todo se hace respetando las posibles restricciones al derecho de reunión impuestos por los decretos de estado de alarma y confinamiento a nivel nacional y autonómico, además de la normativa sobre espectáculos públicos y actividades recreativas, y las limitaciones impuestas por la legislación de propiedad horizontal y acuerdos de las comunidades de vecinos (en caso de pisos y urbanizaciones), puede hacerse libremente.
El problema es cuando estas reuniones y festejos privados no se ajustan del todo a la regulación, que es variada y prolija. En cuyo caso, sí podemos encarar más de un disgusto.
Además de las restricciones decretadas por la pandemia, existe todo un cuerpo legal aplicable a la organización y desarrollo de fiestas cuando van más allá de lo meramente privado, como son las ideadas por personas o empresarios en busca de un nicho de negocio, que pueden resultar en importantes sanciones para el responsable y en graves molestias y un muy mal recuerdo para los asistentes a la reunión.
La normativa de espectáculos públicos y actividades recreativas – de competencia autonómica en España – describe un importante listado de limitaciones y exigencias el desarrollo legal de fiestas incluso en casas, chalets y otros espacios particulares, que incluye prohibiciones específicas, requisitos de seguridad y vigilancia, higiene y publicidad, y control por parte de las autoridades, con sanciones de diversa consideración para los infractores.
Existe además normativa específica para la catalogación de actividades, sobre autoprotección de establecimientos dedicados a actividades que puedan dar origen a situaciones de emergencia y control de accesos, que debe ser tenida en cuenta en toda su extensión.
Regulación existente en prácticamente cualquier país del mundo.
Incluso en el caso de fiestas liberales aparentemente privadas organizadas por uno o varios de los participantes – generalmente el o los propietarios de la finca – existen multitud de cuestiones que reclaman atención a una normativa variada.
Entre otras:
- Realización de campañas de publicidad. Pensadas para atraer asistencia al evento, que después pretende ser un encuentro discreto "entre amigos y conocidos".
- Alquiler irregular del inmueble. Ocultando o falseando la descripción de la actividad a realizar y, por supuesto, contraviniendo prohibiciones expresas del propietario y agencia inmobiliaria en el contrato, y acuerdos de la comunidad de propietarios.
- Cobro de entradas. Camufladas muchas veces como "aportación para cubrir gastos", "porra para la asociación", "donación de entrada" y otras fórmulas pensadas para evitar llamar a las cosas por su nombre ("ENTRADA") en un vano intento de sustraerse a la aplicación de la normativa aplicable, puesto que estaríamos ante un simple caso de fraude de ley sin posible alegación ni recurso.
- Servicio (y venta) de bebidas. Generalmente alcohólicas y por supuesto sin licencia municipal ni presencia de personal profesional.
- Asistencia de "chicas invitadas" (y pagadas). Clásico reclamo motivador para incrementar la asistencia de hombres y parejas, que nos situaría ante en un delito de prostitución en el que podrían verse implicados los asistentes al evento.
- Despliegue de medios audiovisuales. Repertorios musicales y pantallas con pase de películas (pornográficas) para ambientar la velada, sin licencia ni pago a las entidades de derechos de autor correspondientes, y sin control de horarios ni volumen sonoro.
Como decimos, entre otras posibles incidencias.
Cuestiones que resultan en muchas ocasiones en el desalojo de los participantes, cierre o incluso clausura del inmueble, y apertura de expediente sancionador contra los organizadores.
Fiestas de tríos sexuales y orgías ha habido siempre. Descritas ya en los frescos y retratos encontrados en casas desenterradas en Pompeya, constituyen un clásico del entretenimiento humano, y una actividad alrededor de la cual ha existido siempre una cierta variedad de organizadores y facilitadores atraídos por su posible rentabilidad económica. Parejo a un control más o menos estricto por parte de las autoridades.
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A modo de conclusión, queremos hacer referencia al artículo titulado Organizadores de Orgías y Tríos: Cuidado, publicado en este blog para alertar sobre los peligros de la asistencia a fiestas liberales organizadas ilegales organizadas por individuos sin la debida preparación o escrúpulos.
Igualmente y por nuestra parte, ofrecemos nuestra disponibilidad para resolver cualquier duda o consulta relacionada con el tema descrito en esta sección – en su vertiente humana y legal – así como las posibles incidencias o problemas vinculadas al registro, acceso y manejo de este sitio web, sus contenidos, servicios y funcionamiento.
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